Hoy el colegio Nacional San Luis cumple 168 años
21/06/2022
El colegio Nacional San Luis es un tesoro para Tarija, pues ha jugado un rol clave en la historia del departamento. Su infraestructura sirvió de cuartel, hospital, universidad, prisión y por sus aulas pasaron los hombres más renombrados de la historia departamental. Sumado a esto, en su vientre se forjaron las grandes luchas sociales y cívicas que buscaron mejores días para Tarija.
Pero ¿cómo nació este establecimiento educativo? De acuerdo a escritos de Octavio O’Connor D’Arlach (1991), ya en 1826 la Asamblea Constituyente, reunida en Chuquisaca autorizó al Poder Ejecutivo que tomara “de los diezmos de la provincia recientemente incorporada a Bolivia lo necesario para establecer un colegio secundario en Tarija”. Sin embargo, por razones desconocidas, la autorización de la Asamblea Constituyente no fue ejecutada. Así Tarija quedó simplemente con la aspiración de contar con el mencionado establecimiento educativo.
O’ Connor D’ Arlach señala que más adelante el señor Francisco Arce intentó organizar el Liceo Secundario, donde se impartirían también las materias de Latín y Contabilidad que él mismo enseñaría, lo que muestra el interés manifiesto de la población por acceder a la tan apreciada educación.
Esta aspiración no fue desconocida por el municipio tarijeño, que al ver esta sentida necesidad de la población, gestionó la creación de un colegio que estuviera regentado por los padres franciscanos, quienes obtuvieron el permiso necesario del Padre General de la Orden para llevar a efecto dicho proyecto.
Basado en los antecedentes y cumplimiento de los requisitos necesarios, el general Celedonio Ávila, prefecto del departamento, aceleró los trámites ante el Gobierno General de la República, logrando el apoyo correspondiente para la fundación del “Colegio Oficial de Ciencias”, el mismo que fue inaugurado solemnemente el 1 de enero de 1854 por el Prefecto del departamento, quién encomendó la dirección del establecimiento al ilustrado fraile franciscano Zacarías Pogolotti. Los primeros profesores también fueron religiosos de la Orden Franciscana.
Después de la creación y fundación del Colegio Oficial de Ciencias, durante la presidencia del general Jorge Córdova, el establecimiento recientemente fundado se denominó en lo posterior Colegio Nacional San Luís, y sufrió las contingencias de la caótica situación política por la que atravesó el país.
El momento se caracterizó por el descontento popular y los intereses particulares de la oligarquía que generó una serie de sublevaciones que no permitieron centrar la atención del Gobierno en las funciones.
En Tarija, a pesar de la desoladora problemática en la educación nacional, el Colegio Nacional San Luís alcanzó un notable prestigio, ya que contaba con verdaderas eminencias en la nómina de profesores, tales como Napoleón Raña, Samuel Achá, Moisés Echazú, José María Trigo e Ignacio Hurtado.
En su libro “Calendario Histórico de Tarija”, Octavio O’Connor D’Arlach señala que “después de la Revolución de diciembre de 1864, con la cual Mariano Melgarejo asaltó el poder, Tarija se sublevó contra la tiranía y el colegio se convirtió en un cuartel, por lo que profesores y estudiantes se plegaron al movimiento contra Melgarejo, hasta que se envió al general Ravelo para establecer el orden y la ciudad fue tomada por las fuerzas del tirano.
Los profesores y estudiantes, sin embargo, se rehusaron a volver a clases, mientras no se restableciera el imperio de la Constitución. Al parecer ésta fue la primera huelga desde el establecimiento de la República.
El local del colegio fue convertido en tiempos de la Guerra del Chaco en cuartel y como otros establecimientos también fue transformado en hospital de emergencia. En ese tiempo dicho recinto fue tomado violentamente por el regimiento “15 de Infantería”, que vino de La Paz.
Fue recién durante la presidencia del general Narciso Campero y del Congreso de 1880, considerado como uno de los más brillantes de la historia legislativa del país, que se autorizó mediante la Ley 1880 el restablecimiento de la enseñanza oficial secundaria.
La voluntad de ese gobierno, y su especial interés por la educación, hicieron que en diciembre de 1822 se restablecieran los colegios nacionales de secundaria en las capitales departamentales, excepto en Beni y en el Litoral, por lo que se deduce que el Colegio Nacional San Luís de Tarija volvió abrir sus puertas a la juventud.
El lugar que ocupa hoy el Colegio Nacional San Luís de Gonzaga era en tiempos de la colonia propiedad de los frailes jesuitas, quienes llegaron a Tarija y fundaron su convento en 1960.
Transcurría el año 2016 cuando se habló de trasladar las instalaciones del legendario colegio a otro lugar, sin embargo los padres de familia, la junta vecinal y los mismos estudiantes se opusieron, debido a la historia que guarda su ubicación actual.
En ese entonces los estudiantes y padres de familia del colegio nacional San Luis salieron a marchar por las calles de la ciudad, pedían construir una nueva unidad educativa, tal como se hizo con otras, en los mismos predios donde está actualmente y no trasladarlo.
Otro gran tesoro que posee el Colegio Nacional San Luis es su banda de música. Según el testimonio de Carlos Sustach Rodrigo, integrante de la promoción de 1967, el origen de la banda de guerra de este colegio se remonta a ese año, cuando un estudiante de último grado, Delfín Mérida, un joven muy inquieto y presidente de curso, aprovechó que el presidente de Bolivia en ese entonces, Gral. René Barrientos Ortuño, en compañía del ex Ministro de Educación, Edgar Ortiz Lema, visitaron el establecimiento educativo. Así tuvo la iniciativa de nombrar al jefe de estado padrino de una banda de música.
La invitación fue aceptada de inmediato por Barrientos y antes de que transcurrieran los dos meses, los estudiantes junto a profesores y padres de familia, alborozados, recibieron el envío de todos los instrumentos completamente nuevos. Según afirma Sustach, el 6 de agosto de 1967 se inauguró de manera oficial la banda de música del establecimiento conformada por alumnos de cursos inferiores y con vocación por la música.
En aquella gestión el director del colegio era Félix Bagnon y el profesor de música el reconocido Nilo Soruco Arancibia. “Es así que con sólo el amor al colegio y a la ilusión de ser siempre los mejores, los estudiantes tocaban sus instrumentos con alma vida y corazón, demostrando ser mejores ante el tradicional rival, el colegio Antoniano, hoy La Salle”, refiere.
El amor por la banda es tal, que desde siempre, este conjunto de músicos estuvo dirigido o coordinado por sus ex integrantes, cosa que hoy no cambió.
La banda de hoy está conformada por tres áreas o secciones: percusión, viento y los escoltas. La parte de la percusión se divide en tambor, timbal, tacuarin, bombos, platillos y liras. En viento están los que tocan clarinetes, trompetas, bajos, y los contrabajos o elicones. Finalmente, los escoltas, que son la cara de la banda, es decir, los que llevan banderas y estandartes, se dividen en los del frente y los del costado.
En total son algo de 90 los integrantes de la banda, 20 en el área de percusión, 40 en la parte de viento y 30 en el área de los escoltas.
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