Antiguamente -y como algunas aún lo hacen- la aloja de cebada se preparaba tostando el grano y haciéndolo cocer junto con “cacha” de membrillo
23/06/2024
La aloja de cebada y de maní en Tarija forman parte de aquellas delicias que ofrece el pago y que tienen larga data. Juan Campos es un tarijeño de 90 años que nos cuenta que estas bebidas eran muy bien disfrutadas en verano en la Tarija de antaño. “Lo que más se bebía eran las alojas de cebada y de maní, siendo ambas de preparación casera, muy agradables sin alcohol y al alcance de grandes y chicos”, detalla.
Antiguamente -y como algunas aún lo hacen- la aloja de cebada se preparaba tostando el grano y haciéndolo cocer junto con “cacha” de membrillo, (unas rodajas disecadas de esta fruta que le daba un gusto especial), luego le echaban clavo de olor y alguna otra yerba aromática, todo esto hervía hasta que tome un color ambarino. “Una vez fría la endulzaban y embotellaban en botellas cerveceras, tapándolas bien con un corcho y amarrándolas con pitas para abrir o destapar”, explica el escritor, ya fallecido, Agustín Morales Durán.
Agrega que para servir había que tener precaución debido al gas que emanaba del líquido según la fuerza de la maduración. La aloja se servía con una espuma blanca y burbujeante como una cerveza. Esta rica bebida costaba un "real" la botella y la mitad "medio".
Según Juan se trataba de una bebida muy popular por su fama de sana y refrescante; “felizmente por aquellos tiempos todavía no habían invadido Tarija las bebidas gaseosas (sodas), aunque ya don Eugenio Frigerio envasaba unas botellas con bolitas, de grosella o champan-cola”, detalla.
Sin embargo, además de la aloja de cebada otra bebida muy consumida en época de calor era la aloja de maní. Ésta desde ese entonces era cocida a base de maní tostado y molido, “Creo que se la endulzaba con chancaca, lo mismo era rica y se vendía normalmente en las puertas de la Recova (mercado), en vasos de vidrio”, recuerda Juan.
La aloja de maní desde esas épocas como hasta ahora tenía y tiene aún su auge para la fiesta de San Roque, oportunidad en la que se armaban carpas especiales para venderla. Cuentan que había mujeres muy conocidas y "mentadas" que tenían mucho gusto y habilidad para elaborar esta aloja, entre ellas "doña Jacoba", a quien le hacían "huayca" para comprar, tomar y llevarse jarras de su especial bebida.
“Desde luego también esta aloja resultaba baratísima, pues un buen vaso costaba medio real y apenas podíamos terminarlo saboreándolo”, cuenta Juan.
Para Doña Zulma Cruz, quien es experta en la elaboración de estas alojas, el origen es netamente mendeño. Cuenta que su familia viene preparando este tipo de bebida refréscate y sin alcohol desde hace y tres generaciones.
“Es mendeña, la receta es mendeña, mi abuela obtuvo su receta de una de sus sirvientas hace como 70 u 80 años, esa señora que se llamaba Concepción, hacia el refresco para la fiesta del santo de aquí San Lorenzo, hervía el maní en una olla de barro para luego endulzarlo con azúcar”, comenta Doña Zulma mientras recuerda su infancia.
La aloja de maní en Tarija se vende en los mercados y también en el atrio de la iglesia de San Roque en el barrio del mismo nombre, pero si lo que se desea es poder saborear el verdadero y original sabor de la aloja de maní de antaño, se debe visitar a doña Zulma en San Lorenzo quien con su amable sonrisa te servirá hasta con “yapita”.
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